Otoño caliente

Como cada año por estas fechas, una expresión tópica y manida pugna por sacar la cabecita entre los titulares de noticias. En este blog ya lo ha conseguido, la muy puñetera. Son las palabras otoño caliente. No sé qué ocurre pero cada año se habla de que se avecina un otoño caliente. No se habla de primavera caliente, verano caliente o invierno caliente, sino solamente de otoño. Para éste los temas estrella que se barajan, entre otros, son: la sentencia del Estatut de Cataluña, que aún no tiene fecha pero es como la espada de Damocles (pende sobre las cabezas de todos nosotros directa o indirectamente) y ya tiene a los políticos, en especial a los catalanes, llenando la prensa con declaraciones altisonantes y despechadas cuando saben que tendrán que decir Amén Jesús; la subida de impuestos, que no veo yo cual es la mieditis a decir que se han de subir impuestos que tiene el PSOE, salvo que vayan a pagar el pato los de siempre, en un momento en el que el Ministerio de Hacienda ha informado que el 63% de la población trabajadora es mileurista; la campaña de acosoyderribo del PP al Gobierno, aunque parece que se desinfla antes de llegar al próximo equinoccio pues de lo dicho nada, ni cintas, ni denuncias, pero no hay que desesperar que estos chicos del PP tienen imaginación y algo inventarán; la Gripe A que prosigue su goteo de víctimas en los hospitales y en las mentes de algunos, pues mata la inteligencia que se les supone a muchos cuando se oyen declaraciones pidiendo vacunaciones masivas, aplazamientos escolares y demás, sólo hay que pensar que la gripe común mata en España entre dos mil y tres mil personas anualmente y el año pasado se declararon más de seiscientos mil (600.000) casos de la misma; el milagro de la bolsa, que no para de subir y alcanza los niveles previos a la caída del banco Lehman Brothers hace un año prácticamente, cuando en España no había crisis sino suave aterrizaje (recuerdan), pues resulta que la rentabilidad de la bolsa española alcanza ya este año el 23% mientras que el consumo y los precios industriales siguen bajando, el Producto Interior Bruto (PIB) se desploma e incluso el Instituto Nacional de Estadística (INE) modifica el PIB del 2008 a la baja del 1,2 al 0,9% después de revisar las cuentas del estado (¡Ay pillines!), el paro, mientras tanto, sigue siendo de tres millones y medio de personas registradas oficialmente ¿Cómo es ello posible? Al parecer sucede que las empresas españolas que tiran de nuestra bolsa hacía arriba tienen “su negocio” en estos momentos allende nuestras fronteras, de ahí que los beneficios laborales e industriales se noten poco aquí.
Con seguridad, son todos los que están pero no están todos los que son, pero para empezar a hacer quinielas ya hay bastante. Si alguien sabe o quiere proponer otro tema estrella para el otoño caliente que viene, no dude en dejar su comentario.