Más vale tarde...

Por fin ha ocurrido. Hemos aguardado mucho tiempo pero lo vimos, fuimos testigos, lo podremos explicar a nuestros nietos. Hubo algún intento previo fallido que nos hizo albergar esperanzas pero, la verdad, también caímos en el desánimo, pensando que jamás se produciría el milagro. Pero hete aquí que sí, que por fin le han partido la cara a un presidente de gobierno. No es que desde este modesto blog se anime y fomente el magnicidio, nada más lejos de la verdad, pero no es el caso. Lo que si celebramos es que ese secreto deseo que todos, en mayor o menor medida, hemos tenido, de cantarle las cuarenta y darle un buen cachete (cuando no un mamporro) al presidente de turno que nos ha tocado padecer se ha hecho realidad. Ya sé que no en este país, pero ha ocurrido en Italia, que para el caso es como si hubiera sido aquí. Tuvimos un avance el año pasado, cuando un periodista iraquí le lanzó un zapato al inefable George Bush, pero éste ¡Maldición! fue ágil de reflejos y esquivó el impacto de un 45. Pero esta vez sí, le han partido la cara a Berlusconi.

Escuchaba esta mañana la tertulia política de la cadena SER, en la que Carles Francino y compañía condenaban sin paliativos el acto, para posteriormente entrar en disquisiciones sobre que ningún tipo de política puede justificar que un presidente sea “calentado”, ni siquiera Berlusconi. Disiento frontalmente. Alguien que ha retorcido (y aún sigue intentándolo) las leyes para evitar ser juzgado por sus clamorosos chanchullos, alguien que fomenta, desde la posición que el pueblo le ha dado, la persecución racista contra gitanos e inmigrantes, alguien que se ve envuelto, día sí día también, en escándalos sexuales para luego ir a besarle la mano al Papa, alguien que hace de la capa democrática de todos su sayo particular, merece ser objeto de unos buenos capones para que sienta lo mismo que sienten muchos compatriotas y ciudadanos del mundo cuando la injusticia se cierne sobre ellos de mil y una formas gubernamentales, sin comerlo ni beberlo. Así, hemos podido ver a Berlusconi patidifuso, derecho en el pescante del automóvil oficial, buscando a quien le había convertido en un acoquinado más, de la larga lista de acoquinados que en el mundo son y han sido. Y todos hemos respirado hondo y a gusto como hacía tiempo que no lo hacíamos.

Insisto que la violencia no es buena consejera ni ha de practicarse impunemente. Las leyes italianas juzgarán y, si es el caso, condenarán a Mássimo Tartaglia (presunto agresor) quien por otra parte ya se ha disculpado por carta de su acto. Quizá sea el caso que la agresión fuera desproporcionada para con la edad del septuagenario Berlusconi: no es lo mismo que te tiren un zapato en la distancia a que te arreen en todo el morro con una réplica en piedra del Duomo de Milán, o que no acierten. En cualquier caso, la clase política italiana no ha tardado tiempo en tirarse los “Duomos” a la cabeza y desde todos los flancos se acusan de la responsabilidad moral de los hechos. Lo cual viene a demostrar que no hay inocentes en este caso, Berlusconi tampoco.

Quizá ese capón a tiempo que recibíamos antes para enderezar nuestro comportamiento asilvestrado de niños es lo que le faltó a Il Cavaliere en su infancia para, ya de adulto, comportarse con rectitud y honradez y ser el prócer que Italia merece. Más vale tarde que nunca.

¡Que vienen los piratas!

A vueltas con el Manifiesto en defensa de los derechos fundamentales en Internet y la Ley de Economía Sostenible, observo con asombro las manifestaciones de la industria musical y los músicos exigiendo que la ley los proteja y proteja sus negocios, plantando como excusa la bandera pirata, el nuevo “coco” al que echar las culpas de todo. Digo asombro porque, aunque en este mundo que nos ha tocado ya estamos curados de espantos, no deja de asombrarme la desfachatez ajena cuando hay “pelas” de por medio. Si a un trabajador corriente y moliente lo despiden, o un empresario ha de cerrar su negocio, porque la recesión, los nuevos tiempos, la globalización, los avances tecnológicos o lo que sea han convertido en obsoleto el negocio, no veo a nadie, y menos a los músicos, salir en defensa de un modelo caduco. Antes bien, se le dice al trabajador o empresario que se recicle, que innove, que se transforme, que abra nuevas vías, que se adapte a la nueva corriente, que cambie.
Cuando allá por los principios del siglo XX surgió el automóvil, y comenzó la que sería su frenética expansión, seguramente existían muchas y muy prosperas industrias relacionadas con los carruajes y los coches tirados por caballos ¿Se imagina alguien a todos esos señores protestando contra el automóvil? ¿Pidiendo su limitación cuando no su prohibición? ¿Clamando porque sus negocios se resentirían o desaparecerían? Es probable que más de uno lo hiciera, pero la sociedad no hizo caso. Porque el mundo estaba cambiando y ese cambio era imparable. Muchos de aquellos, viendo los nuevos vientos, se reciclaron en talleres para automóviles y siguieron adelante.

La manera en que consumimos música, ocio, cultura, está cambiando, ha cambiado ya, de una manera irreversible. No se sostiene una industria y un modo de trabajar por parte de los artistas, propio de décadas atrás. Y sin embargo eso es lo que piden. Que les salvemos, que protejamos su modo de vida. Y si para ello hay que poner puertas al campo o limitar derechos generales o impedir el avance de la sociedad, un avance similar a lo que supuso la aparición de la imprenta o del automóvil, pues que así sea. Todo antes que cambiar, que adaptarse a los nuevos tiempos como muchos artistas e industrias a lo largo y ancho del mundo están haciendo ya buscando nuevos negocios, formas de distribución y contenidos. Pero para eso hacen falta imaginación, talento y ganas, y nuestros músicos y nuestra industria musical-cultural viven de un esquema cerrado en la que el pueblo llano debía pasar por el tubo y tragarse lo que le echaran, situación que fomentó una estructura anquilosada en la que el artista subía más por el dinero que se metía detrás para empujarle que por su talento. Así el resultado fue unos estándares músico-culturales débiles, necesitados de subvención constante, escudándose en una salvaguarda de las esencias culturales patrias. Internet ha acabado con eso. Ahora hay que jugársela en la innovación del negocio, en descargas a precios razonables con valor añadido, a una segmentación del mercado diferente, al video en directo, en definitiva: ¡A PENSAR MÁS Y MEJOR!

En España siempre hemos sido más papistas que el Papa. Sólo una amplia presión social, fundamentada en la red (1.4 millones de enlaces sobre el Manifiesto en 48 horas) pueden hacer bajar del burro al Gobierno. Sin olvidar que este año que viene hay elecciones en muchos sitios ¡Eh ZP!

En defensa de los derechos fundamentales en Internet: MANIFIESTO

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que...

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Este blog se adhiere a un manifiesto que han elaborado entre unos cuantos con intención de que sea de todos