El principio y el final

La Unión Europea hecha el resto y crea un fondo de 750.000 millones para proteger al euro de los especuladores. Las bolsas, alborozadas, salen rebotadas y crecen espectacularmente, pero cuidado con los espejismos porque lo que hacen es compensar las bajadas de la semana anterior y la cosa se queda más o menos como estaba. El índice español ha subido hoy un 14,43%, pero la semana pasada había bajado el 13,78%. Al mismo tiempo los bancos centrales empiezan a comprar deuda pública de los propios estados miembros ¿Milagro? No. Simplemente han puesto a funcionar la máquina del dinero. Mientras, el ejecutivo europeo le pasa una notita a Zapatero “este año medio punto más de ajuste y el que viene un punto entero” para alcanzar el quimérico objetivo de reducir el déficit público al 3% en 2013 cuando cerramos el 2009 con el 11,2%. El gobierno ya ha llamado a capítulo a las comunidades autónomas para que se vacíen los bolsillos. En mi opinión este exceso de jarabe puede hacer que el enfermo acabe empeorando. España sigue con un déficit desbocado pero no detiene la obra pública, su deuda es cada día que pasa más difícil de colocar en los mercados financieros (de los 5.000 millones de la última tanda sólo se colocaron la mitad) y a mayor interés, y los pagos del estado se acumulan. No estamos como Grecia, es cierto, pero no hace falta para que el resultado final no acabe siendo el mismo. Mientras, Zapatero I El Impávido no se atreve a tomar las decisiones que hay que tomar por mieditis electoral y escrúpulos de izquierda. Y no porque esas decisiones me gusten, que no, si no porque ese es el precio que hay que pagar por estar en Europa. Cuando todo iba bien y entraban las subvenciones europeas a chorro nadie se quejaba. Ahora hay que tomar medidas de ajuste muy duras, que aún lo son más por el retraso que el gobierno lleva en tomarlas. Pero si no lo hace, serán otros quienes las impongan y con menos miramientos. Estamos al principio y al final de una carrera.